in

«Esa noche en Filipinas fue única, hice historia»: Carlos Támara

Crédito: Marco Pérez - Mpsportimages.com

Fue una noche especial la que se dio en el Cuneta Astrodome en Metro Manila, Filipinas. La atmósfera de aquella velada indicaba que una gesta histórica se iba a dar ese 23 de enero de 2010 cuando llegara el turno de la contienda estelar entre el local Brian Vilora y el colombiano Carlos Támara por el título FIB de los minimosca.

Una contienda agotadora fue la que se vivió hace diez años. Una década ya se cumplió de aquel día donde un valeroso y paciente púgil colombiano, se alzó con la gloria eterna en tierras asiáticas, gracias a un fulminante nocaut técnico que recuerda muy bien.

«Lo que se dio esa noche fue único. Esa noche quedó para la historia del boxeo colombiano y fue la más gloriosa de mi carrera en el boxeo», afirmó Támara en entrevista exclusiva con Boxeo de Colombia. 

Para muchos fue sorpresivo que Carlos lograra consagrarse como monarca del mundo. Su reciente pasado antes de ese combate le colocaba en clara desventaja al haber estado más de un año sin actividad, con problemas personales y líos con un expromotor que le hizo la vida imposible, hasta tal punto de obligarle a trabajar lavando autos o vendiendo comida. Su reaparición la hizo ante peleadores de bajo rango, por lo que pensar en una victoria en ese 23 de enero de 2010, era algo ilógico, pero el destino ya había movido sus fichas a favor de ‘El Olímpico’.

«Esa noche me sentía mal. Tanto física y mentalmente por todo lo que había ocurrido recientemente en mi vida, pero entendí que esa pelea era lo más importante para mi carrera y no podía dejarla pasar. Esa motivación me hizo prevalecer y vencer, logrando ese título que dejó una marca en la historia del boxeo de Colombia en mi vida», aseguró.

De lo vivido no se arrepiente de nada. No discute el haber perdido en su primera defensa o no cerrar de mejor manera su carrera como profesional. Para él todo se dio como debía ser y en los tiempos correctos, que hoy en día le tienen feliz y estable.

«Yo siento que todo ocurre para bien. Yo estoy agradecido por todas las cosas que sucedieron, ya que pasaron por una razón. Muchas veces me pregunto qué hubiera sido de mi vida si retenía el título mundial, si seguía con mi anterior pareja, entre otras cosas. Pienso eso y creo que lo que ocurrió fue para bien, ya que vivo una vida tranquila, plena y estable. Me siento bien y agradezco por todo lo ocurrido», afirmó.

El 19 de octubre de 2013 fue su última contienda como profesional. Desde entonces se dedicó a sí mismo y a estudiar, encontrar una vocación que le sirviera para su vida fuera del ring. Hoy es entrenador, con diploma profesional y enfocado en compartir sus experiencias a los más jóvenes, a esos que entrena en su gimnasio en Bucaramanga.

«Hoy puedo brindarle toda mi experiencia, mis vivencias, a los chicos que entreno, y eso me llena. Saber que lo vivido es bueno para otros, me alegra y es lo mejor en mi vida en estos momentos», dijo con orgullo.

Támara, a pesar del paso de los años, ya con 37 vueltas al sol, donde las reflexiones y dudas aparecen en la mente y se pregunta si debió hacer o no hacer eso en aquel momento, manifiesta estar tranquilo con lo sucedido en su etapa como boxeador y como un ciudadano más. No regresaría el tiempo a cambiar algo al sentirse agradecido por lo vivido y ocurrido, que le tiene en este 2020 más vivo que nunca y orgulloso de haber conseguido ese título del mundo en aquella noche en Filipinas.

Por: Redacción BDC

Alejandra Jiménez dio positivo en prueba antidopaje

Entre abucheos, Hurd venció a Santana en Brooklyn