Tras el anuncio por parte del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) de no suspender a Luis Ortiz por una prueba de drogas fallida, el manejador del boxeador, Jay Jiménez, no escondió su alegría por la decisión que permitirá a su peleador seguir activo en el 2018.
«Estamos muy contentos. Se ha hecho justicia, ya que Luis es inocente, un boxeador limpio y el CMB lo ha probado. Ahora nos centraremos en trabajar, en poner a Ortiz en la mejor condición para su regreso al ring el próximo año», dijo Jiménez.
La historia del púgil cubano comenzó en la previa de su combate ante Deontay Wilder, que debió haberse disputado el 4 de noviembre, pero no ocurrió al fallar en una prueba antidoping realizada por la Asociación Voluntaria Antidopaje (VADA, por sus siglas en inglés). La prueba fue realizada el 22 de septiembre y dio positivo para dos sustancias prohibidas: clorotiazida e hidroclorotiazida.
Ortiz y su equipo de abogados trabajaron arduamente para demostrar que las sustancias encontradas hacían parte de una medicina prescrita para tratar un problema de hipertensión arterial en el boxeador y que no las estaba usando de manera ilegal.
La pruebas eran contundentes, pero eso no exoneró a Ortiz de sufrir una sanción. La Asociación Mundial de Boxeo le suspendió por un año y le borró de su clasificación, en la cual era el retador mandatario de Anthony Joshua. Un duro golpe.
Pero el CMB entendió que el cubano decía la verdad y le permitieron conservar su clasificación número 3 en su organización.
Las buenas noticias le dieron pie a Jiménez para enviar un mensaje con dedicatorias especiales.
«Dejen que Wilder lo sepa, que los demás campeones lo sepan y aquellos que aspiran a serlo. Estamos de vuelta, nunca nos fuimos, y vamos por todos ustedes», afirmó Jimenez.
Por: Redacción BDC Internacional – Foto: Mpsportimages.com
