El próximo 2 de julio, Jeff Horn tendrá una cita importante con su historia al enfrentarse al gran Manny Pacquiao por el título mundial del peso wélter, algo impensado tiempo atrás, cuando el boxeador de 29 años era un simple estudiante de escuela sin grandes ambiciones.
Es que la historia de Horn es muy particular, especial y perfecta para una película. Desde pequeño, en su natal Brisbane, Australia, era un chico muy dedicado a sus estudios, «un nerd de aquellos tiempos» como él mismo lo define. Su etapa en la escuela estuvo rodeada de problemas con los típicos matones que le hicieron dar sus primeros pasos en el boxeo, a saber usar sus golpes para sobrevivir.
Sus primeras peleas las supo solventar, aunque el resto las perdía, algo de esperarse en un niño de 11 años que se la pasaba en la biblioteca jugando a juegos de mesa. Pero en una etapa de su vida decidió aprender defensa personal y fue así como tuvo su primer contacto con un gimnasio de boxeo, una escuela para ser exactos.
El maestro que moldeó al Horn que hoy conocemos fue Glenn Rushton, quién en sus primeras sesiones de entrenamiento lo definió como un «buen chico sin muchas habilidades, pero con un gran deseo de mejorar». Ese «deseo» fue lo que llevó a Glenn a platicarle a su discípulo sobre la posibilidad de convertirse en un excelente boxeador, en un posible campeón si tomaba al pie de la letra todas sus indicaciones.
Horn tomó el consejo de su maestro y decidió entrenar para convertirse en boxeador profesional. A la par también desempeñaba la labor de maestro sustituto de educación física para poder pagar sus gastos. El tiempo pasó y Jeff, o ‘The Hornet’ (El Avispón), como ya era conocido en el boxeo amateur, se estaba forjando un nombre al ganar títulos nacionales entre el 2009 y 2012, año en el que llegó a los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Londres.
Su gran presentación en el Olimpo del deporte, le llevó a convertirse en profesional, a cumplir el sueño de su entrenador, de sus padres y de él mismo, de ese chico que pensaba más en el fútbol que en ponerse los guantes y pegarle a la pera. En sus inicios en el profesionalismo disputó siete peleas, donde cinco de ellas las terminó por la vía rápida. Hoy en día se mantiene invicto con un 17-0-1, 11 KO’s.
El camino recorrido por Horn le ha dejado estos títulos: intercontinental de la OMB, Intercontinental de la FIB, el oriental de la OMB, y el africano de la AMB. Este palmarés le ha hecho merecedor de ser el segundo del ranking en el peso wélter, lo que le ha dado el derecho de retar al histórico Manny Pacquiao.
La pelea está a menos de dos semanas y la expectativa es grande en su familia. Su padre, Jeff Horn, y su madre, Liz Sykstra, se encuentran felices, pero al mismo tiempo están nerviosos, algo natural y más al saber todo lo que su hijo ha trabajado para llegar a este momento.
Algunos antiguos alumnos de la etapa de docente de Horn le han enviado mensajes de apoyo, así lo afirmó él mismo: «a pocos días de la pelea estoy recibiendo mensajes de algunos antiguos estudiantes de mis tiempos como profesor. Eso realmente me llena de más ganas para ir a por todo ante Pacquiao».
Para la noche del 2 de julio se espera un lleno total en el Estadio de Suncorp, situada en casa de ‘Hornet’. Más de 50 mil espectadores y los muchos que lo verán por televisión serán los testigos privilegiados del momento histórico para un chico que entró al mundo del boxeo para saber defenderse de los matones y que por obras del destino deberá subirse al ring para enfrentar el reto máximo de su carrera, a la oportunidad de plasmar su nombre entre los pocos que pueden llamarse: ¡¡Campeones mundiales!! Y cerrar con broche de oro una historia que no le quedaría chica a la pantalla grande.
Por: Redacción BDC Internacional – Foto: Duro Events