Hablar de Gabriel Mendoza (30-6-2, 23 KOs) es hablar de un boxeador veterano que rinde como cualquier joven. A sus 40 años, el colombiano tendrá su tercera oportunidad mundialista, esta vez enfrentando al puertorriqueño Wilfredo Méndez (15-1, 5 KOs), en Ciudad de Panamá, por el cetro de peso mínimo de la AMB.
Mendoza y Méndez estaban programados para pelear inicialmente el 26 de octubre de 2019, en Trujillo Alto, Puerto Rico, pero problemas con el visado del sudamericano impidieron su viaje, por lo que fue reemplazado por el mexicano Axel Aragón.
“Vengo entrenando desde octubre. Me cancelaron la pelea y seguí entrenando normal hasta diciembre. Descansé un poco y reanudé en enero porque sabía que no me podía descuidar porque se estaba gestionando la oportunidad”; dijo Mendoza, quien ejecutó su preparación en la Brigada 11 de las Fuerzas Armadas, en Montería, de la mano de los entrenadores Orlando y Harold Rodríguez.
Esta vez será en un país neutral, aunque ese poco le importa a Mendoza, quien considera a su rival un “excelente boxeador, que se mueve bien y es rápido”, además con el plus de ser de guardia zurda, lo que siempre incomoda a sus contrarios. Es monarca orbital desde septiembre de 2018 y en este tiempo ha realizado cuatro defensas exitosas.
“A esos boxeadores no hay que irlos a buscar porque se les mueve mucho y nos puede pasear, hay que pelear al contragolpe”, analizó Mendoza.
Son 17 años de vida los que separan a Mendoza y Méndez, sin embargo, sobre el ring, el colombiano se siente en igualdad de condiciones.
“Científicamente sí, hay un punto donde el deportista tiene una edad en la que ya no es el mismo, pero yo siempre me he cuidado, soy disciplinado y me gusta estar en el gimnasio. Todo lo pongo en manos de Dios, él me da la fuerza”, comentó.
“Ser campeón del mundo es mi sueño de tantos años entrenado y luchando y mi meta es ser campeón mundial, aunque muchas personas lo vean difícil, pero todo está en lo que uno siente en su corazón. La tercera es la vencida, tiene que ser esta o esta”, cerró Mendoza.
Por: Jeffry Almarales Nieto
