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Marlon Starling, más de 30 años de odio a un campanazo

La campana sonó y era el fin del sexto asalto. El boxeador estadounidense Marlon Starling bajó la guardia, pero su contrincante, el colombiano Tomás Molinares, siguió con su ferocidad y le propinó un gancho que lo mandó a la lona.

El juez ignoró, a pesar de lo claro que fue el sonar de la campana, la ignoró por completo y le dio continuidad al combate. Starling cayó en el cuadrilátero y nunca se pudo levantar. Su cuerpo se tambaleaba y sus ojos observaban como Molinares celebraba el octavo título mundial de boxeo para Colombia, en 1988.

Hoy, 29 de julio, se cumplen 32 años de aquella pelea y de ese odio a un campanazo por parte de Marlon Starling, quien se pregunta si nadie en realidad escuchó aquel sonido de la campana, la cual le hizo perder su corona orbital.

Un enojo interminable

Ante el aniversario de este icónico momento de boxeo mundial, el editor de Boxeo de Colombia, Marco Pérez, se dio a la tarea de ubicar al pugilista norteamericano, quien luego de entablar contacto y permitir la cita para la entrevista, llevó en su auto a Pérez y le dio un recorrido por las calles de Hartford, Connecticut, mientras recordaba aquel día que de su memoria nunca se irá.

«Me enojé con Molinares por lo sucedido esa vez y aún lo siento así. Hoy en día aún siento la necesidad de pegarle un puño en el rostro, porque lo hizo fue injusto», expresó Starling, quien reveló que Mohamed Alí fue su inspiración para llegar al boxeo, deporte en el que llegó a tener varios cinturones de campeón al mismo tiempo.

«Pero también me da rabia conmigo, porque dejé que me pegara. No puse mis manos arriba», agregó Starling.

Admitió que quedó inconsciente por varias horas tras aquel momento cumbre en el que fue tumbado por Molinares. «Lo que recuerdo es cuando dejé mi cuarto del hotel cuando me recuperé del golpe», afirmó el exboxeador.

El golpe era imposible de parar

Joe Cortez, el juez de aquella noche, señaló que la pelea fue controversial, pero indicó que el golpe de Molinares ya venía en camino y no se podía parar, por lo que defendió su decisión.

Tomás Molinares, por su parte, también contó su versión de la contienda que le dio el campeonato del mundo. En las calles de Barranquilla, el exboxeador nacional indicó que: «Esa mano ya iba y no se podía echar para atrás».

Starling dejó en claro que no tenía ganas de ver al colombiano después de aquel episodio porque considera que «Molinares hizo eso, ya que era la única forma de que ganara».

«No tenía otra manera para ganar la pelea, por eso lo hizo», puntualizó el estadounidense.

El perdón

Más allá de la molestia y enojos que Starling manifestó a lo largo de la entrevista, el ex campeón del mundo accedió a hablar por vía telefónica con Molinares, dando resultado en una conversación amena, donde ambos se lanzaron bromas y terminaron en algo impensado: el perdón

El odio de Starling pasó a segundo plano durante la charla. Los sentimientos acumulados en más de 30 años fueron desapareciendo y ambos entendieron que ya era hora de dejarlos ir por completo, y fue así como los dos ex pugilistas terminaron reconciliándose, dejando un gran mensaje deportivo para las nuevas generaciones.

Redacción : Redacción BDC – Video: Marco Perez Zapata – Mpsportimages.com

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