Tan grande fue Muhammad Ali en el deporte que a través de éste retumbo en ámbitos como la música y la política. Fue sin duda uno de los deportistas más grandes del siglo XX, incluso teniendo injerencia en la lucha de los derechos civiles de los negros y en los enormes conflictos políticos que enredaron a Estados Unidos en los años 60 y 70.
El boxeo sumó adeptos para la época de Ali, y no sólo por lo que éste pudiera hacer dentro del ring, sino también por el morbo que despertaban sus ingeniosas, pero agresivas frases contra sus contrarios. Sin duda, era un genio de los duelos verbales.
Cuando Ali tomaba un micrófono los cantantes de Hip Hop, género con gran fuerza en ese entonces, tomaban papel y lápiz para escribir las célebres frases del pegador y luego estamparlas en la letra de sus canciones.
Pero quienes también se paralizaban al escuchar hablarlo ante los medios de comunicación eran los políticos, con quien Ali arremetía con sus pensamientos, siempre poniéndolos contra las cuerdas. La intención del peleador era la de colocar en su lugar a algunos servidores públicos que abrían las brechas sociales entre negros y blancos. Por ello muchas veces fue tratado como fanfarrón y como una máquina que lo único que hacía bien era repartir golpes.
«El reclutamiento [para la guerra de Vietnam] es una cosa de hombres blancos mandando a hombres negros a matar hombres amarillos para defender la tierra que le robaron a los hombres rojos», «¿Por qué deberían pedirme que me pusiera un uniforme para ir a 10.000 millas de casa, cuando a los negros de Louisville los siguen tratando como a perros?» y el definitivo «ningún vietnamita me ha llamado nunca ‘negrata», fueron algunas de las frases que quedarán inmortalizadas en esta lucha contra el poderoso régimen norteamericano.
Tan grande fue Muhammad que también fue recordado en el cine, exactamente en la saga de Rocky; Apollo Creed, el boxeador que enfrentó a Sylvester Stallone en dos de las películas (1976 y 1979), era una representación de Ali, un afroamericano que siempre buscaba la prensa para enviar palabras intimidantes a todos los blancos. Ya Rocky III (1982) se le recordó de otra manera, como un púgil al borde del retiro que mostraba los primeros síntomas del mal de Parkinson.
Cabe señalar que Stallone, asistió al penúltimo combate de Alí, librado contra Larry Holmes en Las Vegas en 1980, y saldado con una derrota penosa. «Era como presenciar la autopsia de un hombre todavía con vida», señaló el actor y director.
Incluso en la última película de esta serie, estrenada en 2016, se le recuerda a Apollo Creed por medio de su hijo y algunos cuadros que guarda con mucho cuidado Stallone.
Pero esa imagen no es la que está grabada en la mente de todos los fans, sino de aquel guerrero que disputó 61 peleas, ganando 56, hilvanando 31 victorias seguidas y defendiendo sus cinturones mundiales del CMB y de la AMB en 11 ocasiones.
Por eso en 1979 salió a la luz otro de los miles de comics que se le hicieron a Ali, pero éste sería distinto, ya que se apreciaba a Ali combatir contra Superman, el superhéroe tradicional más fuerte de toda la historia.
Por: Redacción BDC Internacional