Saúl ‘Canelo’ Álvarez acabó con el histórico reinado de Gennady Golovkin en una muy polémica decisión mayoritaria con cartones de 115-113 (X2) y 114-114 que generó un estallido generalizado en Las Vegas, epicentro de esta contienda.
El mexicano se convirtió en el nuevo campeón del peso medio del CMB, AMB y OIB, cetros que estuvieron con Golovkin durante veinte defensas.
Aunque eran viejos conocidos, en el primer round no hubo nada más que estudio por parte y parte, con dos boxeadores que no lanzaron algún golpe diferente a sus jabs, aunque sus posturas en el centro del ring evidenciaban que ambos llegaron dispuestos al cuerpo a cuerpo.
La primera buena mano de la noche llegó sobre el minuto del segundo asalto. Un tremendo golpe de zurda de ‘Canelo’ conectó en pleno en el ojo derecho del kazajo, y aunque este no retrocedió si quedó su rostro visiblemente maltratado.
El golpe del mexicano fue en medio de un contragolpe, precio que pagó Golovkin al abalanzarse sobre Álvarez. Aunque ‘GGG’ también lanzó sus fuertes jabs de zurda que se estrellaban de manera vehemente en la sólida guardia de ‘Canelo’.
Exponiendo toda su técnica, Álvarez era más vistoso, buscando combinaciones y apuntándole al cuerpo de Golovkin. Era una pelea de golpe a golpe, un intercambio permanente que mantenía una algarabía ensordecedora en el público presente en el T-Mobile Arena de Las Vegas.
Ambos se mantenían en la distancia corta. Ambos tomaron riesgos altos teniendo en cuenta la pegada de los rivales. ‘Canelo’ lanzaba más, pero Golovkin era más certero cuando conectaba, especialmente un upper de derecha en el cuarto asalto que estremeció al adversario.
La pelea manejaba la tensión por las nubes, tanto que en varios rounds los dos protagonistas lanzaron golpes extemporáneos, aunque fueron seguidos de manera inmediata por las disculpas.
Sobre el quinto asalto, fueron los ganchos de Golovkin los que esta vez maltrataron el rostro de ‘Canelo’ evidenciado en un hilo de sangre que corría desde la ceja del mexicano. Álvarez pareció descontrolarse un poco, especialmente en defensa, puesto que permitió que la mano izquierda del kazajo entrara más de la cuenta.
Del anterior detalle pareció darse cuenta Abel Sánchez, entrenador de Golovkin, quien envió una orden clara: «noquealo ya». Una decisión que no dejaba de ser apresurada ante la resistencia que aún mostraba el ‘manito’.
Ambos regularon el intenso ritmo que traían por un par de rounds, mientras de manera desesperaba buscaron aire después del gran desgaste físico hecho antes.
Sin embargo, sobre el décimo episodio, Golovkin hizo que todos los asistentes se pusieran al borde de sus asientos al cargar sobre ‘Canelo’ y dejarlo casi sin respuesta, mientras embestía de manera desmedida, más con espíritu que con técnica.
El movimiento de piernas ya era escaso. Se imponía el que más soltara manos, sumado a la resistencias que podían tener ambos a esta altura de la pelea, en donde ya corrían los famosos rounds de campeonato.
El kazajo se veía más entero ante un Álvarez desesperado que no paraba de recibir y sobre quien daba la impresión de quedaba sin oportunidades.
En el último round, que parecía decisivo ante lo cerrada de la pelea, ambos salieron a dejar cuerpo y alma. Los golpes volaron por doquier, ambos dieron, pero también recibieron. Ninguno dio su brazo a torcer, mostrando gallardía y disposición para brindar a los fans la pelea deseada.
La campana sonó. Dos ensangrentados boxeadores se fundieron en un gran abrazo que dejó atrás cualquier rencor entre ambos, reconociéndose como lo que son: los mejores libra por libra de la actualidad.
Al final la decisión generó polémica por lo cerrada de la contienda, tanto que ‘GGG’ se bajó del ring sin mediar palabra. Desde ya se habla de la trilogía entre Álvarez y Golovkin. Por ahora, solo se puede asegurar que ambos caballeros cumplieron su promesa de guerra.
Por: Jeffry Almarales Nieto – Foto: Marco Peréz / Mpsportimages.com