Pelea emocionante y de un final delirante fue la que ofrecieron esta noche el argentino Brian Castaño y el estadounidense Jermell Charlo, quien fulminó a su rival con un gancho de izquierda letal sobre el décimo asalto de combate para reclamar los cuatro fajones del peso superwélter y coronarse en un nuevo campeón indiscutido, esta vez en las 154 libras.
Lo visto sobre el cuadrilátero puede dividirse en dos momentos: una pelea hasta el quinto episodio y otra a partir de la segunda mitad del combate.
Las primeras de intercambio ofrecieron una pelea electrizante que, lejos de tener unos primeros minutos de estudio, mostraron tanto a Charlo como a Castaño electrizantes y dispuestos a dar una pelea llena de épica, con intercambios monstruosos y un ritmo de pelea imparable.
El momento más alto de ese intercambio violento llegó en el tercer episodio, cuando el intercambio entre ambos provocó que el público presente en el Dignity Health Sports Park se paralizara por la furia épica con la que ambos desplegaron sus planes de pelea.
El desgaste de los asaltos iniciales provocó que, llegado el quinto, ambos boxeadores tomaran un momento de aire y fue entonces cuando Jermell Charlo y su esquina tomaron la decisión de generar un cambio en el estilo de pelea, para desgastar a través del estilo y despliegue a Castaño, en un plan que se ejecutó a la perfección sobre el ring.
Minuto a minuto en la segunda mitad se vio a un Charlo que dejó de darle prioridad a los golpes de potencia para concentrarse en desgastar al argentino, que no supo descifrar el cambio en el estilo de pelea de su rival.
Sobre el décimo asalto llegó el momento clave, que fue cuando Charlo conectó un golpe al cuerpo con la derecha, seguido de un brotal y violento gancho de izquierda, que generaron el desplome instantáneo en la humanidad de un Castaño que hasta el momento, daba lo mejor de sí para poder resistir.
Sin embargo, el mundo se le vino abajo al argentino cuando su cuerpo no pudo asimilar la potencia del golpeo de su rival que, finalizada la cuenta, se lanzó encima de su humanidad como una fiera que tiene cazada a su presa.
Así consiguió Charlo elevar su récord a 35 victorias, mientras que Castaño mordió el polvo por primera vez en su trayectoria profesional.
