El pasado 31 de diciembre en Japón, Kazuto Ioka noqueó en el octavo asalto a Kosei Tanaka y se quedó con su cetro de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) en el peso gallo, y tras la victoria, el campeón podría tener problemas al violar unas reglas existentes, y anticuadas, de la Comisión de Boxeo Japonesa (JBC), pues el boxeador tiene tatuajes visibles en su cuerpo.
Actualmente, se lleva a cabo una discusión sobre la forma de disciplina que se le aplicará a las peleas de Ioka por sus tatuajes, que están mal vistos en lo que se refiere al boxeo en Japón, pues las reglas de la JBC establecen que los boxeadores nacionales “con un tatuaje u otras marcas que hagan que la audiencia se sienta incómoda” no podrán competir en un evento.
“Para mí en el boxeo, la comisión me pide que lo oculte antes de entrar al ring. Pero realmente no tiene sentido y no tiene nada que ver con el boxeo, así que espero eliminar esta regla”, explicó Ioka a Boxing Scene.
Esta regla no se extiende a los combatientes fuera de Japón, o incluso a aquellos que se mudaron a Japón desde otros lugares, como el excampeón de tres divisiones, Jorge Linares, quien reside en Tokio. Además, existió una época en la que tatuar era ilegal en el país, y un fallo dictado en junio pasado por la Corte Suprema de Japón consideró que ya no era un delito tatuarse sin una licencia médica, rechazando una apelación de la oficina del Fiscal del Estado de Japón y arrojando el caso fuera de los tribunales, según informes nacionales publicados.
“Las personas que ven el boxeo se centran en la acción en el ring, no en los tatuajes que lucen. Luego están los boxeadores internacionales que residen en Japón y luchan por gimnasios aquí que tienen tatuajes y se les permite pelear sin tener que esconder porque son extranjeros. Entonces, es una regla incómoda e inconsistente. Si lo van a prohibir, entonces deberían prohibirlo para todos los combatientes, japoneses y extranjeros”, comentó Ioka.
El campeón mundial decidió hacerse un tatuaje poco después de su regreso al ring en 2018, y volvió con una manga completa en su brazo izquierdo, y otro tatuaje en la parte inferior izquierda del abdomen.
“Decidí conseguirlo para simbolizar que iba a hacer algo que no podía volver atrás. Si decidí regresar, no puedo escapar de esa decisión. Además, fue para simbolizar mi sentimiento hacia mi familia, que fue la dedicación que fue para siempre y nunca me arrepentiré”, explicó el japonés.
Para esta pelea, Ioka precisó que aplicó cremas para reducir la visibilidad de la tinta, pero que la aplicación desapareció cuando entró al ring. Aun así, se prestó menos atención a sus tatuajes que a su espectacular nocaut; y ahora, se espera que la decisión de la JBC no tenga consecuencias para el resto de su carrera, ya que podría recibir un llamado de atención o una suspensión indefinida de su licencia.
Por esta razón, existe una gran posibilidad de que el japonés se traslade a Norteamérica para pelear, pues su punto de mira está en Juan Francisco ‘Gallo’ Estrada, Román ‘Chocolatito’ González y el filipino Jerwin Ancajas, los demás campeones de la categoría. “No tenía la intención de regresar a Japón y pelear. Pero, si la comisión dice que no puedo pelear aquí por el tatuaje, entonces solo pelearé internacionalmente”, dijo.
“Espero que algún día, el boxeo de Japón se vuelva más popular hasta un punto en el que la gente vea el boxeo no basado en un combate por el título mundial o no. Para mí, tengo una marca en Japón como campeón mundial de boxeo, espero elevar esta marca y llevarla internacionalmente y ser un modelo a seguir para que los luchadores jóvenes sueñen en grande. Entonces, realmente no estoy pensando en que mi tatuaje afecte que creo que fue genial para el boxeo de Japón, estoy pensando más en el futuro y en hacer que el boxeo sea mejor para los luchadores jóvenes que intentan hacer del boxeo su vivo”, sentenció Ioka.
Por: Redacción BDC.