Jorge Linares (47-5, 29 KOs) se enfrentará a Javier Fortuna (35-2-1, 24 KOs) el viernes 28 de agosto en el Fantasy Springs Resort Casino en Indio, California, por el título Diamante del CMB.
El venezolano se entrena en Tokio, aunque con la notable ausencia de su hermano Carlos, quien siempre hizo parte de sus preparaciones y no ha podido viajar a suelo asiático desde su país natal por las restricciones de vuelos aéreas por causas del COVID-19.
“Viajaré desde Venezuela en vuelo humanitario. No me quiero perder esa pelea”, dijo Carlos, invitado especial a BDC Podcast, que se emite las noches de lunes a viernes a través de nuestro canal de Facebook. “Jorge no debe tener problemas, y cuidado noquea”.
El ganador de Linares-Fortuna tendrá un botín especial: “Jorge no tiene nada que buscar con Luke Campbell, porque ya le ganó. Ellos (Golden Boy) están buscando una pelea grande y el ganador de esta pelea va a ir por algo grande, no sé si una revancha con Lomachenko, porque a Ryan no lo van a poner, porque se le acaba la carrera y a ellos no les conviene”, manifestó Carlos.
La ordenanza con Fortuna tomó por sorpresa a muchos, puesto que Linares era relacionado con Ryan García, incluso, antes de la pandemia ya habían arreglado los términos para su combate.
“Antes de la pelea con Carlos Morales buscábamos a Ryan García, pero después de esa pelea Óscar de la Hoya cenó con nosotros y nos dijo que eso no va a pasar, también porque Ryan estaba pidiendo mucho dinero y ellos no iban a apoyar eso. Él vende, pero aún es un niño y no es campeón. En este negocio si no eres campeón no te darán ese dinero y eso él no lo entiende. Yo creo que se le subió la fama por estar en el equipo de ‘Canelo’, manifestó Carlos.
El entrenador también reveló que estando en una pelea de Devin Haney, le pidieron a Linares subir al ring, a lo que él se negó. “No le gustan los shows, él solo sube a pelear”.
Por último, aseguró que pelear sin público a Linares podría beneficiarlo, puesto que así es cómo se vive el boxeo en Japón. “Allá nadie grita, nadie habla. Incluso las esquinas deben hablar bajito”, cerró.
Por: Jeffry Almarales Nieto