Tú, como aficionado y amante del boxeo, ¿qué es lo primero que piensas cuando se te menciona el nombre de Deontay Wilder? Muy seguramente tu mente te llevará a alguna pelea en especial o a algún nocaut en particular, o tal vez, si eres un fervoroso seguidor de sus redes sociales, recordarás alguno de sus peculiares vídeos retando a x o y rival de su división.
Wilder es sinónimo de victoria, logros, carácter, fuerza y rebeldía, pero, ¿te has preguntado algunas vez el porqué de su actitud? ¿De dónde viene toda esa motivación para pretender ser el mejor hombre del peso pesado? Bueno, si eres uno de esos que nunca ha tenido esas inquietudes, te doy la bienvenida a esta nota especial donde conocerás la historia detrás del campeón del Consejo Mundial de Boxeo.
Más allá del campeón
Deontay Leshum Wilder, nacido en Tuscaloosa, Alabama,un 22 de octubre de 1985, demostró desde temprana edad una fascinación por los deportes, sobre todo por el baloncesto y el fútbol americano, siendo este último donde más brillaba por sus condiciones físicas y de juego. Era un atleta natural, estuvo cerca de hacer parte de los equipos universitarios más importantes de los Estados Unidos, pero un hecho clave en su vida lo cambió todo: el nacimiento de su primera hija, Naieya.
La nueva vida como padre replanteó los objetivos de Wilder. El joven atleta tuvo que dejar atrás los campos de baloncesto y fútbol, para llegar al campo laboral y comenzar a generar ingresos para mantener a su mujer e hija. Tuvo trabajos como camarero en el hotel IHOP y en el restaurante Red Lobster. También pasó un tiempo como conductor de camión de la firma Budweiser.
El dinero que ingresaba por estos empleos no era suficiente, ya que su hija había nacido con una rara enfermedad de la médula, llamada espina bífida, y con el pasar de los meses se hacía necesaria su intervención y tratamiento. Esta nueva necesidad llevó a Deontay al mundo del boxeo, como la única salida para ganar más dinero.
Tenía unos 20 años cuando dio sus primeros pasos en el pugilismo. El chico no tenía ni idea de este deporte, ni tampoco del circuito amateur que todo boxeador debe recorrer para llegar a ser profesional. Imaginó que los billetes llegarían de inmediato, pero estaba muy equivocado.
Fueron meses difíciles para Wilder, que valiéndose de su grandes condiciones como atleta y físicas, dominó el boxeo rápidamente. En 2007 se quedó con el concurso nacional de los Golden Gloves, la competición de boxeo amateur más importante de los Estados Unidos. En este certamen dio muestra de su gran alcance de 211 centímetros, de su rapidez y de la potencia que le caracteriza. Sus grandes actuaciones le catapultaron a la selección nacional de boxeo para participar en los Juegos Olímpicos de Pekín, donde se quedó con la medalla de bronce, de ahí su apodo ‘The Bronze Bomber’ (‘El Bombardero de Bronce’).
La hazaña en las Olimpiadas (fue el primer estadounidense en ganar una medalla olímpica en el boxeo) le permitió debutar como profesional en el 2008, más exactamente el 15 de noviembre ante Ethan Cox, rival al que derrotó por nocaut técnico, siendo esta la primera de sus muchas victorias por la vía rápida.
Desde entonces, Wilder ha construido con sus propios puños una exitosa carrera deportiva. 39 victorias al hilo, siendo la del 17 de enero de 2015, ante Bermane Stiverne, la más importante al lograr el título mundial del peso pesado del CMB y romper de esta manera con una sequía de ocho años para los Estados Unidos sin un monarca en esta división desde Shannon Briggs en 2007.
Hoy acumula seis defensas exitosas, donde en cada una ha usado la motivación que representa su hija para dejar bien claro quién es el mejor en el ring. Han pasado los años, pero aún sigue luchando por ella y por sus otros tres hijos. Su familia es el motor que da fuerza al campeón, a quien hoy conocen un poco más.
Barrer con ‘King Kong’
Ahora entiendes por qué Deontay Wilder está tan convencido que superará a Luis Ortiz en su combate del próximo 3 de marzo en el Barclays Center de Broklyn, Nueva York. Entiendes de donde viene su confianza, sus motivaciones y su manera de encarar la previa de los combates y cuando está en el ring.
El nacido en Alabama está mentalizado en la victoria. Reconoce el nivel de Ortiz y de lo exigente que será el combate, pero esto solamente le motiva más, le llena de más ganas de subir al cuadrilátero y acabar con todo a su estilo. «Él (Ortiz) va tener que lidiar con un monstruo, con un hombre con un instinto asesino, va a lidiar con alguien que no tiene miedo de ningún hombre en la Tierra», dijo Wilder.
Barrer con ‘King Kong’ es la meta. El campeón no contempla otro resultado. El 3 de marzo será otro episodio más en la vida de un hombre que ha dejado todo para llegar a donde está hoy, cerca de convertirse en el más grande de su división.
Por: Mauro Alfonso – @MauroMet94 – Foto: Showtime