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Teofimo hace historia al vencer a Loma y unificar la división de los ligeros

Crédito: Top Rank

En una pelea apretada, de mucha estrategia, pero que quedó a deber por algunos tramos del combate, Teofimo López (16-0, 12 KOs) se quedó con todos los cinturones de las 135 libras al vencer por cartones de 119-109, 117-111 y 116-112 al histórico Vasyl Lomachenko (14-2, 10 KOs), metiéndose de paso, en los libros de historia del pugilismo.

A criterio de este medio, López sí mereció la victoria, puesto que Lomachenko perdió muchos rounds con su plan inicial, pero las tarjetas de BDC (tres panelistas) dejaron al hondureño ganador por decisión mayoritaria de 115-113 (X2) y 114-114.

Fue una pelea llena de estrategias, como un juego de ajedrez en donde Lomachenko era quien parecía tener el plan más claro.

El movimiento de Lomachenko era el de desesperar a su rival y cansarlo, invitándolo a que conectara y pegara al vacío, pero para su sorpresa López no se descuadernó y llevó la contienda con mucha cautela y paciencia.

Con muy poco, López se llevó la primera parte de la pelea, solamente persiguiendo y conectando a Lomachenko con menos de la cuarta parte de los golpes que lanzaba, pero el ucraniano tuvo las manos atadas en este tramo de las acciones.

Con ese mismo libreto transcurrieron los primeros cinco asaltos, solo hasta el sexto el europeo soltó sus primeras combinaciones, propuso una pelea en una distancia más corta, caminó hacia adelante y metió mejores manos, aunque también se expuso a recibir.

De ahí empezó a mejorar Lomachenko, y quizás empezaba a conseguir lo que quería, que era desesperar a López, tanto así que en el octavo empezaron los clamados intercambios que hacían ver mejor al ucraniano.

Fue el momento de Lomachenko en la pelea, tanto que conectó una gran cantidad de golpes ante un Teofimo que se estaba quedando sin combustible y que no tenía la precisión inicial.

Terminando el último round hubo un choque de cabezas que causó una gran abertura debajo de la ceja derecha de López, pero por los pocos segundos que faltaban para culminar la contienda se permitió llegar hasta el campanazo final. En estos últimos tres minutos, López dejó los restos y recuperó parte del terreno que había perdido en algunos rounds de la segunda mitad de la lucha.

La celebración de Teofimo fue la esperada, dando vueltas en el aire y jugando al muñeco de nieve en el ring, al lado de un padre postrado de la alegría, mientras que Lomachenko se retiró del recinto con cara de pocos amigos.

Por: Redacción BDC

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