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“Le tenía miedo al boxeo, pero mi papá insistió demasiado”: ‘Baby’ Rojas

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Sentado, casi sin moverse, pero con una gran sonrisa de oreja a oreja recibió ‘Sugar Baby’ Rojas la mención de honor hecha por la Gobernación del Atlántico, y las felicitaciones dadas por parte de la Acord y la Federación Colombiana de Boxeo.

‘Baby’ Rojas fue el primer atlanticense en convertirse en campeón mundial, en 1987 al vencer por puntos a Santos Laciar, en Miami. Como recompensa se colgó la correa supermosca del Consejo Mundial de Boxeo.

Por supuesto, los requerimientos de fotos, entrevistas y simples saludos no podían faltar, por lo que esperé que el campeón atendiera a todos para después charlar con él.

¿Por qué decidió irse por el boxeo?

Mi inicio fue a los 7 años. Veía que en el gimnasio del patio de mi casa, en el barrio El Bosque, iban a entrenar muchos boxeadores con mi papá que era entrenador. Mi papá nos cogió y nos ponía a entrenar también. Yo le tenía miedo al boxeo, a los golpes, pero mi papá insistió demasiado, y hoy día pienso que esa insistencia fue porque mi papá me escogió como el campeón de los Rojas. Incluso mi nombre viene de dos grandes campeones mundiales: Sugar Ray Robinson y Davey Moore.

Con un gimnasio de boxeo en el patio de su casa usted no tuvo tiempo para pensar en otro deporte…

Bueno, yo fui futbolista. A mis 14 años jugué con Millonarios de Rebolo, en el estadio Moderno. Pero después mi papá me llevó a un Campeonato Nacional de Boxeo, en 1978, y me quedó gustando montar en avión y las comidas de los hoteles, por eso me quedé en el boxeo.

Después vino su debut profesional

Fue un 13 de febrero de 1981, peleé con Wilfredo Ruiz, un cartagenero que le había ganado a un hermano en el amateur, pero yo me sentía el rey, que nadie me ganaba y obtuve una victoria. Desde ese momento pensé en una oportunidad de título mundial que llegó seis años después.

¿Sus hermanos también fueron boxeadores?

Somos 10 hermanos, 7 de ellos hombres, y todos tiramos golpes. Mi hermano Clemente también se hizo profesional. Él fue la primera medalla olímpica (bronce) que obtuvo Colombia en el boxeo, y la segunda en todos los deportes, fue en Múnich 72. También está mi hermano Martín, que fue campeón nacional amateur y profesional.

¿Qué recuerda de su debut en Estados Unidos?

Fue con Moncho Pérez, un puertorriqueño que venía de pelear con Betulio González, uno de los mejores boxeadores del mundo. Yo estaba muy nervioso, porque estaba solo y no tenía ningún respaldo. Recuerdo que los únicos que me fueron a ver fueron tres amigos que había hecho en Miami, pero recordé que mi deseo era sacar a mi familia de la pobreza y logré la victoria.

Cinco años después le llega la oportunidad mundialista ¿Cómo recuerda esa noche?

Yo lo tenía planeado todo. Hay un canción del Gran Combo que se llama ‘La Fiesta de Pilito’, que dice ‘vamos pa’ aquí, vamos pa’ allá’, yo le dije a mis amigos, cuando me corone campeón del mundo nos vamos para aquí y para allá, porque yo sabía que iba a ganar. Esa noche le gané a Santos Benigno y no fui a la rueda de prensa, sino que me fui a una discoteca con mis amigos, le quité el micrófono al cantante y comencé a cantar. Fue una locura hermosa, inolvidable.

¿Y la prensa?

Quedó esperando (risas).

Usted se fue a Miami en 1982, pero se le ve muy constantemente por Barranquilla

Yo siempre pongo las vainas como son: Barranquilla es mi querida y Miami mi amante.

Y cuando viene a Barranquilla, ¿qué hace?

Trato de dar ejemplo a los muchachos que sí se puede salir de la miseria con sudor y llego a ellos con actividades de cardio box, les doy ropa, y los saco a comer a la ciudad, porque El Bosque está apartado. La última vez fueron 70 jóvenes. También voy a los Carnavales y veo a Junior.

¿Le gusta Junior?

Soy hincha de Junior, pero cuando está bien formado. Tenemos estadio para tener un equipo de lujo, pero no sé qué pasa. Me acabo de enterar de la renuncia de Alexis Mendoza y me duele porque es mi amigo, nos conocemos hace muchos años. A los dirigentes del Junior les falta.

Pero me imagino que por ser deportista no disfrutó de los Carnavales

Una vez me los vine a parrandear y me fui a Miami. Mi entrenador (Amílcar) Brusa me dijo ‘chiquito ayuda a ‘Happy’ Lora a un sparring’ y le dije que hiciéramos un guanteo suave, y me cogió ese señor y me pegó una muñequera (risas), jamás olvidaré eso, pero me sirvió para disciplinarme y darme cuenta que debía estar todos los días en el gimnasio.

¿Y ahora a qué se dedica?

Soy personal trainer, entreno en cardio box a abogados, doctores, enfermeras y todo el que quiera.

¿Y en sus tiempos libres?

Salgo a correr, voy a la playa y cocino. Pueden buscar en YouTube ‘Baby Rojas cocinando’ (risas). Sé hacer de todo, comida inglesa, italiana y francesa.

¿Cómo se enteró que había entrado al Hall de la Fama de Florida?

Cuando llegué a Miami me llegó un mensaje al celular en inglés y dije ‘¿What? ¡Oh my God!’ yo creí que era un error. Pero lo tomo con mucha sencillez y humildad. Esto que me han dado me permite ser un ejemplo para los niños.

¿Cómo ve el boxeo en Colombia?

Está activo, pero necesitamos jóvenes que quieran ser campeones del mundo y que le dediquen tiempo completo al boxeo, no medio tiempo.

Ya no están Pambelé, ‘Rocky’ Valdez, Baby Rojas ¿y ahora?

Estoy siguiendo a Juan Carlos Carrillo, es muy bueno.

¿Y entre los profesionales?

Pablo Carrillo. Lo único malo es que lo están madurando demasiado en Japón, ya es para que hubiera peleado título mundial.

Por: Jeffry Almarales Nieto / @JeffryAlmarales

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